Italia, 05 abril 2019
En el centro del Idioma
di Casilda Moreira (Exòrma) de Adrián N. Bravi hay un estudiante de
etnolingüística que parte desde Las Marcas hacia la Patagonia en busca de las
dos últimas personas que hablan günün a künä, una lengua en peligro de
extinción. Ya desde el marco del libro, en el que se cuenta la devoción
del joven Annibale a su profesor Giuseppe Montefiori, uno queda conquistado por
el tono épico y desenfadado que Bravi elige para su narración: la investigación
sobre el lenguaje es muy serio, pero el profesor fuera de la sala del tribunal
aparece con un traje improbable y, en un viaje a Porto Recanati con Annibale,
se arroja al mar, se adentra demasiado en el mar con riesgo de ahogarse y entra
en coma después de que el socorrista lo extrae. una medusa de su
garganta. Pero esto es sólo el marco: el corazón del libro es el viaje que
Annibale emprende a Argentina en homenaje al profesor herido tras la pista de
los legendarios Casilda y Bartolo y su lengua. Al llegar luego de varias
paradas al remoto Kahualkan, el protagonista se instala en la única posada del
pueblo y aquí, gracias a la ayuda de la hija del hotelero, Alma, logra hablar
con Casilda. Ella y Bartolo son primos y se comprometieron cuando eran
niños, luego él se fue con otra persona. Cuando Bartolo volvió a buscar a
su exnovia alrededor de los cincuenta años, ella ya no quiso hablar con él
(precisamente porque traicionó e invalidó su código de amor); simplemente
le lleva comida frente a la choza donde vive. Hannibal se enamora de
Alma; logra hacer hablar a los dos viejos y grabar sus voces; comienza
de nuevo. La incursión en una Patagonia atemporal, la reflexión sobre
nuestros medios de expresión y sobre las circunstancias en las que se
desarrolla y se mantiene hacen precioso este libro, suspendido entre dos
continentes como su autor, que nació en Argentina y vive en Recanati desde hace
un tiempo, largo tiempo.
El sentimiento y el lenguaje no son dos cosas diferentes, nos
amábamos en ese idioma y ahora han desaparecido todas las cosas cariñosas y las
palabras bonitas que nos dijimos. Si ahora tenemos que hablarnos,
necesitamos usar otro idioma. Con él, las pocas veces que le he dicho algo
desde que llegó a Kahualkan, siempre he usado el español, nunca nuestro
idioma. No puedes tocar eso. Y él también usó el español conmigo las
pocas veces que me habló. Nos prometimos cosas en günün a yajüch, ¿sabes?
Adrián N. Bravi nació
en San Fernando, Buenos Aires en 1963. Vive en Recanati y trabaja como
bibliotecario en la Universidad de Macerata. En 1999 publicó su primer
libro en español y en 2000 comenzó a escribir en italiano. Entre sus
libros: Resturiscimi il coat (Fernandel, 2004), La pelusa (nottetempo
2007), Sud 1982 (2008), Il riporto (2011), El árbol y
la vaca (Feltrinelli 2013), El diluvio (nottetempo 2011), Variaciones
extranjeras (Eum 2015), Los celos de las lenguas (Eum 2017).
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