Análisis a una lista de voces Het y Chechehet compuesta por Lehmann-Nitsche

Imagen: Lehmann-Nitsche (1930)


   Actualizado | 2024, 11 FEB



INTRODUCCIÓN

El médico y etnólogo alemán Roberto Lehmann-Nitsche publica el material llamado “El grupo lingüístico «Het» de las pampas argentina” (1922) y publica otro al que denominó “El idioma de los Chechehet” (1930). En estos trabajos analiza en principios los vocabularios recogidos por los jesuitas sobre las pampas bonaerenses, proponiendo la separación de las lenguas künü y het (denominadas así por él mismo), para pasar finalmente a la identificación de un idioma het (1922) y luego renombrarlo idioma Chechehet (1930). Como corolario de ello compone una breve lista de voces het que será el objeto de este estudio y al que se dará un análisis morfolingüístico que permitirá seguir arrojando luz sobre las lenguas indígenas de pertenencia y el panorama étnico del ámbito de las pampas bonaerenses.

 

LAS FUENTES

Las fuentes utilizadas por Lehmann-Nitsche para elaborar su lista de voces Het y Chechehet son las recogidas por los jesuitas Thomas Falkner (1774), Lorenzo Hervás (1800) y Martín Dobrizhoffer (1822).

Por lo pronto, se hace necesario mencionar que el Padre Thomas Falkner (1774) mencionaba que las voces recogidas por él en una breve lista pertenecían a la lengua que hablaban los denominados tehuelhets: “Todos los Tehuelhets hablan diferente lengua de los otros Puelches y de los Moluches; y esta diferencia no solo se encuentra en el vocabulario, sino también en las declinaciones y conjugaciones, no obstante que algunas de las voces las tienen en común ambas naciones. Por ejemplo, los Tehuelhets llaman calille al cerro y los Moluches calel, pero los Puelches lo llaman casu. Pichua, en lengua de Tehuel, es el nombre del guanaco, pero no tiene semejanza con luhuan ni a huanque, del idioma Molu; como tampoco yagip, agua, a co, ni yagiu, abrevadero, a cohue, ni cunnee, gente, a che o het” (Falkner, 1774, pp. 110).

Asimismo, Lorenzo Hervás (1800) indica que las voces que recogió el Padre Lorenzo Balda (1772) en sus manuscritos son de la Lengua tuelche y pertenecen a la relación de este padre a la que tuvo acceso: “Lengua tuelche. 12 Los tuelches [Günün a küna], aunque tienen nombre de la lengua araucana [mapudungun], el qual les dieron los puelches de la mencionada misión de nuestra señora del Pilar, hablan un idioma diverso del araucano. Los dichos puelches dieron a los jesuitas la primera noticia que tuvieron de la nación de los tuelches, en la lengua de estos, según una relación manuscrita que he leído, la palabra soichu significa el Ser supremo: soichuet (de-Dios-hombre) se usa para significar los muertos: balichu significa espíritu maligno: elel príncipe de los diablos; ó quizá (á mi parecer) una máscara de diablo que se pone el presidente ó gobernador de los bayles : ma-gleter mi padre : ma-meme mi madre. En la dicha relación hallo que los puelches usan también las palabras balichu y elel” (Hervás, 1800, pp. 133).

Por su parte, el Padre Martín Dobrizhoffer (1822) atribuye las voces recogidas en su trabajo a los conocidos Patagones: “Todos conocen al diablo, al que llaman Balichù. Creen que hay una multitud innumerable de demonios, cuyo jefe llaman El El, y todos los inferiores Quezubû. Piensan, sin embargo, toda clase de demonio hostil y malicioso a la raza humana, y el origen de todo mal, considerándolos en consecuencia con pavor y aborrecimiento […] Los patagones llaman a Dios Soychù, es decir, lo que no se ve, que es digno de toda veneración y que no vive en el mundo; de ahí que llamen a los muertos Soychuhèt, hombres que habitan con Dios más allá del mundo” (Dobrizhoffer, 1822, pp. 88).

Sin lugar a dudas, las tres fuentes coinciden en la asignación de la pertenencia lingüística a los Tehuelhets, Tuelche y Patagones cuya verdadera identidad de enuncian estos exónimos es la Günün a küna como veremos.

De esta manera, utilizando estas fuentes Lehmann-Nitsche compone la siguiente lista de voces a las que asigna pertenencia en su hipotético idioma het (1922) y que luego designaría como idioma Chechehet  (1930): “El material lingüístico del idioma het es, en extremo, reducido: hecha omisión de palabras dudosas, las simples no son más que diez: casu (cerro, sierra), chu (tierra), gleter (padre), hati (alto), het (gente), ma (mío), maikel (zorrino), meme (madre), tehuel (¿sur?, ver nuestras observaciones), ya (cacique); palabras compuestas, hay tres: guali-chu (espíritu malo), soi-chu (espíritu grande), soi-chu-het (muerto, alma de un difunto), tal vez tehuel-chu (tierra del ¿sur?); hay, además, dos nombre de interpretación segura, uno geográfico: Casu-hati (Sierra Alta; hoy Sierra de la Ventana), y otro apelativo: Ya-hati (Cacique Alto)” (Lehmann-Nitsche, 1922, pp. 81-82).


LAS LENGUAS

En un primer análisis se podría presuponer la presencia de al menos tres lenguas indígenas presentes en la lista de Lehmann-Nitsche. Sin embargo, en un estudio morfolingüístico profundo de la lengua günün a yajüch y observando detenidamente las voces propuestas en la lista se puede constatar al menos dos lenguas indígenas presentes en esa lista: la günün a yajüch a la que pertenecen la mayoría de las voces, y el mapudungun, al que pertenece al menos una voz.

Tampoco fue fácil para los jesuitas obtener vocabularios de la lengua günün a yajüch por la negativa de muchos günün a küna a dársela a conocer a los padres. Y de esta manera le sucedió al padre Lorenzo Balda como se puede observar: “En cierta ocasión un Indio Patagon [Günün a küna], que enseñaba su idioma al P. Lorenzo Balda, en presencia de este, y de otros dos Misioneros, manifestó la repugnancia, que tenía en proferir las palabras dichas. Preguntaronle los Misioneros en Lengua Puelche [mapudungun], lo que querían saber cómo se decía en Lengua Patagona [Günün a yajüch], pues el Indio sabía bien las dos, y ignoraba la Española como todos sus paysanos. Una de las preguntas, que le hicieron, fue, como se decía en su Lengua, mi Padre, mi Madre? calló el Indio, ni se daba por entendido á las instancias de los Misioneros. Al fin pudieron alcanzar, que hablara, pero lo hizo en voz tan baja, y tan entredientes, que no le percibieron nada. Obligaronle con dadivas á que hablara de manera, que percibieron estos vocables, Ma Gleter, Ma Meme. Profiriolos repetidas veces el P. Balda, diciendo al Indio, que estos nombres no encerraban cosa mala. Entonces el Indio, siendo asi que era de muy bella indole, montando en colera se levantó porfiando en dejar á los Padres, y diciendo: Calla, Padre, que no sabes, que injuria cometes: Nosotros tenemos Ley inviolable de quitar la vida á qualquiera, que en nuestra presencia profiera estas palabras” (Furlong, 1936, pp. 109).

Una advertencia sobre las lenguas, en la relatoría de Lorenzo Balda y de Guillermo Furlong la lengua Puelche y Araucana se refiere al mapudungun, mientras que la Patagona se refiere a la Günün a yajüch. Los jesuitas consideraban “patagones” a los Günün a küna que vivían sobre la costa patagónica de la provincia de Buenos Aires, entre los ríos del Sauce Chico y el Negro. Y como bien menciona el Padre Balda, el poliglotismo entre los Günün a küna es ampliamente documentado (Furlong, 1936; Harrington, 1946).

Ahora bien, en la relatoría del Padre Thomas Falkner la lengua Moluche era el mapudungun mientras que las lenguas Puelche y Tehuel eran la misma Günün a yajüch.

Por su parte, Lehmann-Nitsche en sus trabajos (1922; 1930) clasifica las lenguas en Het / Chechehet y Künü como lenguas diferentes sin dar cuenta, como veremos, que en realidad no son lenguas diferentes sino más bien es la misma Günün a yajüch, la lengua de los Günün a küna.

Cabe mencionar que en su trabajo de 1930, Lehmann-Nitsche agrega más voces a esta lista que fueron recogidas solo en el ámbito de las costas rioplatenses (De Angelis, 1836, pp. 27-30) y no de las pampas bonaerenses. Por tanto, estas voces integradas han de pertenecer a las lenguas indígenas habladas sobre aquellas costas, siendo las mismas: Lojae (de la que saca de la galera la voz Loja-het de pura creatividad de Lehmann-Nitsche pues la voz jamás se registró), Cabuje (que al igual que la anterior crea la voz Cubu-het de su invención, otra voz que nunca ha sido registrada como tal), Cabusote, Deciumpen y pen/mpen.

Asimismo agrega voces provenientes del mapa de Cano y Olmedilla (1799) y de las publicaciones de Monseñor Pablo Cabrera (1929) que desde ya provienen de la lengua günün a yajüch. Las mismas han de ser: doquetec [dük a atük “tierra llana, pampa”]; chanal [=chanül “llanura, pampa”]; daychaco ~ taychaco [daütrakü, taütrakü “mano de mortero”]; sejechu ~ sacachu ~ secauchu [tsakchü “cerro puntudo”]; y cucaltec ~ cucaltiam ~ cucaltiama ~ cucastiam [külka a atük “tierra de médanos”] (Cano y Olmedilla, 1799; Cabrera, 1929; Lehmann-Nitsche, 1930).  

 

ANÁLISIS DE LAS VOCES GÜNÜN A KÜNA ENLISTADAS

 

Ati [atük]

Compárese con atac (Huzinker, 1862-66); atec (Claraz, 1865-66); atük (Lehmann-Nitsche, 1915-16); átek (Harrington, s/d); atakj (Molina, 1967); ‘atek (Casamiquela, 1983). Como bien es sabido, en la lengua günün a yajüch la sexta vocal ü suele dar sonidos de /i/ y /e/ a oídos no entrenados, por lo que la interpretación ti /te para esta voz es común al tratarse del sonido . Asimismo se sabe que la sexta vocal ü alterna constantemente con el fonema /a/.

Por tanto se puede afirmar que esta es la voz günün a küna de atük (=atak) “sierra, cerro”. El padre Falkner invierte el significado de esta voz con aquella de Casu y refiriendo que significa “cerro”. A la luz de las evidencias resulta ser acertada la identificación hecha al respecto de esta voz.

 

Casu [kasu]

Esta voz se puede ver componiendo otras voces como kashlachin [kashlachün] “hermano mayor” (Harrington, s/d); kasatsɤn [kasatsün] “hermano mayor” (Casamiquela, 1983). Sin lugar a dudas, esta voz proviene de la lengua de los günün a küna de kasu (=kasa) “más grande” en referencia a “mayor” y “alto”. El padre Falkner invierte el significado con la voz ati y refiere que significa “grande”, dejando demostrada la certeridad de la voz analizada.

Un ejemplo de su utilización en onomásticos lo encontramos en el cacique Casimiya, ubicado en los territorios entre las sierras de Tandil y la Guardia del Monte, hoy San Miguel del Monte en la pcia. Buenos Aires, hacia 1782 (Sánchez Zinny, 1979). Su nombre ha de ser Kasu Müya “jarilla más grande” (mayor).

  

Casu-hati [kasu atük]

Casuhati (Falkner, 1774); Cassuati (Sánchez Labrador, 1772); Casuhati (Cano y Olmedilla, 1775); Casuia (Cabrera 1929). Esta toponimia günün a küna proviene de las voces kasu “más grande” en su sentido de mayor y alto, y la voz atük “sierra, cerro”, dando el todo kasu atük “cerro más grande” en referencia a que es el más alto, el de mayor altura. Falkner (1774) en sus escritos da como equivalencia las voces mapuche [con influencia günün a küna] de Vuta Calel, es decir Vüta Kalel “cerro [más] grande”, de kalül “cerro” en la lengua de los günün a küna.

Este cerro es conocido actualmente como “Tres Picos” (Huircapan, N.G.D. 2022 a) en el sistema de Sierras de Ventana, siendo el de mayor altitud divisable. El Pueblo Günün a küna tiene una narración oral sobre el origen del mundo en dicho cerro y la inundación del mundo (Huircapan, N.G.D. 2022 b).

 

Gleter [gülütün]

Gleter (Hervás, 1800). Como bien deja de manifiesto el Padre Balda, esta es la voz “padre”. La misma proviene de las voces günün a küna de yagülü “apegar, apegarse” y el morfema tün que es el “aspecto estativo progresivo” (verbo estar+gerundio), que nos da un verbo yagülütün “estar apegado”. De aquí saldría un apelativo gülütün “padre” en su sentido de “al que se está apegado”.

En la lengua günün a yajüch hay otras voces que van en el mismo sentido de las que se pueden nombrar las siguientes: yükünü “padre” [etim. “pariente”] y yawün “padre” [etim. “al que se mira atentamente”] entre tantas otras. 

 

Guali-chu [walichüm]

Valichu (Falkner, 1774); Balichu (Sánchez Labrador, 1772); Balichu (Hervás, 1800); Balichù (Dobrizhhoffer, 1822); Gualichus (Muñiz, 1822-26); Gualiche, Gualichu (D’Orbigny, 1826-33); Gualicho, Gualichu (Claraz, 1865-66); Gualicho, Walichu (Moreno, 1879-80); Hualicho (Chapearuouge, 1901); Walichu (Lehmann-Nitsche, 1915); Gualicho (Vignati, 1936); Walíchüm (Casamiquela, 1988).

Es una voz compuesta de origen günün a küna sin ninguna duda. Se compone del pronombre wa “ella”, el morfema li “circunvolucionar” que identifica a las divinidades o deidades propias y el morfema femeneizante chüm; el todo dice Walichüm (etim. “circunvolucionadora”) que identifica a la “deidad femenina del mal” que personifica los males y enfermedades del mundo.

La voz se fue deformando hasta adaptarse al español gualicho y fue asociada al “diablo” y “satanás” del cristianismo, confundiéndola con esta deidad masculina mientras que para los Günün a küna es una deidad femenina. Esta voz fue formando parte del vocabulario argentino traspasando culturas y lenguas con los significados de “brujería”, “maleficio” y para identificar a “todo suceso paranormal”. Asimismo aparecen asociadas las voces (españolizadas) de “engualichado” y “engualichar” por aquellas de “embrujado” y “embrujar” correspondientemente.

 

Hets [ütr]

Hets (Falkner, 1774); het, chet (Cardiel, 1745-46); het (Lehmann-Nitsche, 1922, 1930). Este es el morfema günün a küna de ütr que posee varias funciones gramaticales y entre ellas la de conformar gentilicios (etim. “los que son de”). El equivalente en español son los sufijos -eño, -eña y -ense: ribereño, costeño, bahiense, etc.

Falkner lo traduce como “gente” (1774) y en esa misma línea lo hace Lehmann-Nitsche (1922). Por su parte Casamiquela (1965) deja a entender que este morfema es un formador de gentilicios con la traducción de la voz Caraihet [karay ütr] “españoleros”, de karay (=kaday) “español, occidental”, que fuera dada a los indígenas “más cercanos a los españoles” del Río de La Plata.

 

Ma [ma]

Ma (Hervás, 1800). El Padre Balda deja entender que este es el posesivo de la primera persona "mío” y en esa misma línea va Lehmann-Nitsche. Sin embargo, este ha de ser el posesivo inalienable de la segunda persona ma (=mü) “tuyo”, de uso común en la lengua günün a yajüch.

Las posesiones inhalienables se aplican a partes del cuerpo, ciertos elementos culturales y como bien se indica en los ejemplos de Balda, aplica también a los parentescos, es decir, mi mano siempre será mi mano y mis padres siempre serán mis padres, es una posesión que se ejerce y no se pude elegir o poseer por determinado tiempo, sino más bien es inherente al küna “ser humano”: mö kual [mükual] “tu cuello”, mö pulh [müpüshl] “tu lomo”, mö küpa [müküpa] “tu primo” (Malvestiti y Orden, 2014). Finalmente mencionar que asimismo existen en la lengua günün a yajüch las posesiones alienables.

 

Maikel [maikül]

Maikel según Falkner (1774) que da como significado la voz “yaguané” que en argentina identificaba al maikül “zorrino o mofetas” (Mephitidae) en la lengua de los günün a küna.

 

Meme [mümü]

Meme (Hervás, 1800) compárese con mama “madre” (Lehmann-Nitsche, 1915-16; Harrington, s/d). Efectivamente es una voz de origen günün a küna de mümü (=mama) “madre, mamá”. Y es así como dejaba a entender el Padre Balda.

 

Soy-chu [süüchüm]

Soychu (Falkner, 1735-67); soychú (Dobrizhoffer, 1745-63); soychu (Sánchez Labrador, 1779); soichu (Hervás, 1800); sies (Lehmann-Nitsche, 1915-16); seecho (Escalada, 1949). En principio se analizará a esta deidad con la primera connotación que le referían de “Ser supremo” o “Dios”. Es una voz günün a küna que proviene del morfema süü “circunvolucionar” que denota a las deidades, y del morfema femeneizante chüm; el todo dice Süüchüm “deidad femenina suprema” considerada la creadora de todo lo existente.

 Al respecto Falkner menciona: “Los indios creen en dos seres sobrenaturales, el uno bueno, y el otro malo. Al bueno […] Los Taluhets, y Dihuihets, lo llaman Soychu, que significa en su lengua el ser que manda en el país de la bebida fuerte” (Falkner, 1774, pp. 114). Por su parte Dobrizhoffer (1745-63) dice: “Los patagones llaman a Dios Soychù, es decir, lo que no se ve, que es digno de toda veneración y que no vive en el mundo” (Murray y Calle, 1822, pp. 90). De esta manera Sánchez Labrador (1779) menciona para los Günün a küna de las pampas bonaerenses: “No saben explicar su Ser, ni en qué consiste, pero le dan nombre, llamándole Soychu, palabra, que en su lenguaje, denota un Ser invisible digno de respeto. Dicen, que este Ser no es cosa de este mundo […] Sin embargo de que el Soychu entre los Patagones es reconocido por cosa Superior á lo que se vé” (Furlong, 1936, pp. 65).

 

Soi-chu-het [süchüm ütr]

Soichuet (Hervás, 1800); soi-chu-het (Lehmann-Nitsche, 1915-16). En principio se debe aclarar la figura de süchüm que no debe confundirse con aquella de süüchüm, pues la reduplicación vocálica en la lengua de los günün a küna diferencia palabras y este es uno de los casos (Huircapan, 2019). El desgaste de la lengua y la perdida de hablantes llevó a la confusión de ambas figuras.

En principio süchüm viene del morfema “circunvolución” y el morfema femeneizante chüm, que identifica a la deidad femenina conocida como la “barquera” del mundo de los muertos. Casamiquela da la variante wašichüm [wasüchüm] donde wa es el pronombre “ella”, y ambas voces süchüm =wasüchüm etimológicamente dicen “circunvolucionadora”. Al respecto menciona: “Su significado ha de ser “giradora, la que hace circunvoluciones, giros” (tsém=chém=sém partícula de femenino), vinculado con su faceta de guía de los espíritus de los muertos […] que lleva al Más Allá” (Casamiquela, 2000, pp. 154).

 Continuando con el análisis completo de la voz soi-chu-het, la misma ha de ser süchüm ütr “espíritu barcante” (etim. “los que son de süchüm; süchümseros”), que Hervás (1800) traducía “de-Dios-hombre”. Esta voz de süchüm ütr identifica a una de las metamorfosis del alma en su proceso de migración a la gayaw a ajway, la tierra de los antepasados.

 

Ya-ati [yaatü]

Yahati, Jaaty (Strobl, 1749); Yati (López, 1757); Yati (Pinazo, 1770); Ya-ati (Lehmann-Nitsche, 1930) compárese con jatti, jūtütr “arroyo” (Harrington, s/d). Este voz proviene de la lengua de los günün a küna de yaatü (=jaatü =jüütü) “arroyo”. Y de esta deriva aquella voz de jaatütr “cardo chupasangre” (Maihuenia) cuya voz dice etimológicamente “arroyeña” (“la que es de los arroyos”).

Este fue el onomástico de diferentes caciques günün a küna torno a las Sierras de Volcán y Tandil, identificados como Yahati/Jaaty, Raphael Yati, Joseph Yati, Miguel Yati y Thomás Yati (Lehmann-Nitsche, 1922; Meinrado Hux, 1993).

 

Yas [kas]

Yas (Falkner); ya (Lehmann-Nitsche, 1930). Esta voz es dada por el Padre Falkner como “cacique”. No desacertaba tanto en la traducción de la voz, pero sí se nota cierta alteridad en la escritura. La voz ha de ser kas (=kasa) “mayoral” (fiscal), designación con la que se embiste a una persona de respeto al no haber un cacique o bien en representación de un grupo de ellos.

Las razones de la alteridad de la escritura puede responder (como se puede comprobar en los documentos de la época) a diversos motivos que van desde la mala audición, las características de las escritura en esa época (letra cursiva con firuletes), hasta incluso mal dada la información o de manera confusa por parte de los indígenas para que los jesuitas no aprendan su lengua.

Esta voz kas deriva de aquella de kasa (=kashla) “más grande” (mayor) y deriva también en la voz kal (=kala) con la misma connotación que la voz en análisis. Y de esta se pueden citar al menos dos ejemplos en su utilización. La primera de ella en la canción del jaguar aparece como kalamaha [kal amaja] “mayoral del día” (Casamiquela, 1958); y en la segunda aparece como onomástico del cacique Calpisquis [kal püshküsh] “Mayoral Barba”, de püshküsh “barba”, cacique que fuera ennoblecido de esta manera en representación de varios caciques y que pactó un tratado con el gobierno de Buenos Aires para la Paz (1782): “Lo llamaban a veces Calpisquis que significa “Fiscal de una Reducción”” (Meinrado Hux, 1993).

 

ACERCA DE LA VOZ TEHUEL Y TEWELCHUS

El Padre Falkner menciona esta voz con los híbridos Tehuelhets y Tehuel-kunny, donde se ve claramente el morfema het [ütr] formador de gentilicios y la voz kunny [künü] “gente” provenientes de la lengua de los günün a küna. Estas hibridaciones de lenguas no son más que una creatividad del jesuita. Asimismo, el Padre Falkner menciona que ambas voces significarían “gente austral”, otro desacierto del jesuita que Lehmann-Nitsche replica al proponer a tehuel con la traducción de “sur”.

Harrington (1935) explica la voz tehuel con pertenencia lingüística al mapudungun y descarta la teoría de que signifique “sur” como se había dado a entender. Así Harrington recogía para tehuel [tewül] los significados de “malo, bravo, valiente (en connotación negativa), retraído, díscolo y desconfiado”. De igual manera vaya la siguiente información al respecto, obtenida de sus maestros indígenas: “supongamos que en una tropilla de caballos uno de ellos no para a mano fácilmente, es menos dócil, dispara, es difícil de agarrar, eso sería un caballo chewül” (Casamiquela, 1998).

De Augusta menciona también la voz chewül con el significado de “guapo, valiente” en el sentido negativo de estas voces (De Augusta, 1916) siendo equivalente a la voz de análisis.

De esta manera, se puede ver su pertenencia lingüística al mapudungun y se descarta rotundamente el significado de “sur” dado por Falkner (1774) y replicado por Lehmann-Nitsche (1930). De esta manera, las voces serían tewül =chewül “bravo, arisco” entre otros significados.

En la lista de Lehmann-Nitsche figura la voz tehuel-cho que la da con el significado de “tierra del ¿sur?” (1930), mientras que Falkner la escribe pluralizada tehuelchus y explica que chu es “tierra o habitación” (1774).

La primera parte de esta voz compuesta es aquella misma ya analizada de tewül (=chewül); con respecto a la segunda parte de la voz cho (=chu) es “tierra” en su sentido de suelo y no de territorio en la lengua de los mapuche, y que De Augusta registra el sinónimo tue con en el mismo significado. De esta manera, la identificación de Falkner es correcta al respecto.

Por lo pronto, y como diera a entender Falkner, la voz tewülchu =tewülcho (=chewülcho) es “tierra de los tewül” (bravos) que es como los mapuche llamaban al territorio de los Günün a küna, y no “tierra del sur” como quiere dar a entender Lehmann-Nitsche.

 

CONCLUSIÓN

A través de todo este análisis se puede concluir que las voces que Lehmann-Nitsche enlista tienen su pertenencia en la lengua Günün a yajüch, la lengua de los Günün a küna (Pampas Hets y Tehuelches Septentrionales).

Asimismo se puede decir que el idioma Chechehet propuesto por el mismo autor mencionado, es la misma lengua Günün a yajüch. Y en definitiva los Chechehet [Chüchü ütr (Huircapan, N. G. D. 2023)] son una identidad territorial o parcialidad del Pueblo Günün a küna.

 

 

 

 


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Este artículo se cita:

Huircapan, N. G. D. (2024, 11 febrero). Análisis a una lista de voces Het y Chechehet compuesta por Lehmann-Nitsche. Pueblo Günün a küna. https://qrcd.org/4Qb1




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